Los riñones están diseñados para mantener un equilibrio adecuado de líquidos en el cuerpo, remueven los residuos, eliminan las toxinas de la sangre, producen hormonas que estimulan la producción de glóbulos rojos en la médula ósea y fortalece los huesos, po lo que cuando los riñones pierden la capacidad de llevar a cabo estas funciones de manera eficaz, se le conoce como insuficiencia del riñón (renal).

Algunas enfermedades, como la diabetes, pueden causar la insuficiencia renal crónica, y con el tiempo, puede conducir al fallo de la función renal. Para poder atender la enfermedad en etapa crónica, es posible que sea necesario llevar a cabo diálisis, hemodiálisis o incluso un transplante de riñón.

En las primeras etapas (del 1 al 4) no se presentan ningún síntoma, la única manera de detectarlo es por medio de exámenes de sangre y orina.

En cambio, los síntomas que se pueden presentar en la etapa tardía de la insuficiencia renal son:

  • Retención de líquidos
  • Fatiga
  • Sangre en las heces
  • Falta de aliento
  • Presión arterial alta
  • Náuseas
  • Somnolencia
  • Facilidad para desarrollar hematomas
  • Cambios en la micción (proceso mediante el cual la vejiga elimina la orina), tales como micción disminuida, excesiva o nula.

Algunas de las accions preventivas para la insuficiencia renal son:

  • Mantener una dieta baja en sodio y grasa.
  • Disminuir la ingesta de sal.
  • Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
  • Realizar actividad física diariamente.
  • Valoración médica periódicamente (examen de sangre y orina).
  • Tomarse la presión arterial con regularidad.

El desarrollo de habilidades, como la memoria y concentración, promueve el bienestar en el adulto mayor.

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