La economía familiar tiene por objeto una adecuada gestión de los ingresos y los gastos del núcleo familiar haciendo una correcta distribución de los primeros, permitiendo así la satisfacción de sus necesidades materiales, atendiendo aspectos fundamentales de su desarrollo, como la alimentación, la ropa o la vivienda.
La economía doméstica es, por tanto, regular, controlar, proveer y satisfacer a los miembros de una familia de los recursos suficiente para tener una calidad de vida.
Esta gestión es una responsabilidad de todos los miembros del núcleo familiar, que deben conocer todos los componentes de dicha economía, como son el trabajo, los ingresos, los gastos y el ahorro.
La función de los administradores de un hogar es complicada, ya que no sólo conlleva herramientas económicas y administrativas, sino también humanas, de interrelaciones con la familia.
La planificación de la economía doméstica pasa por tener en cuenta una serie de premisas importantes.
Es necesario aplicar el sentido común, y una buena forma de hacerlo es la de relacionar todos los gastos previstos e imprevistos en una lista, para después agruparlos en diferentes conceptos como:
Primera necesidad o importantes: Alimentación, luz, agua, gas
Necesarios: Calzado, vestir, educación, pagos de préstamos, telefonía fija
Extras: Reparaciones y roturas de aparatos domésticos importantes (Estufa, calentador, lavadora, secadora etc.) descomposturas en el hogar (tubería, electricidad, plomería) del automóvil, accidentes viales etc.
Prescindibles: Telefonía móvil, eventos sociales, viajes, restaurantes
A continuación te presentamos una serie de recomendaciones en las te será más fácil planear los gastos, hacer frente a los imprevistos que se presenten, cumplir los objetivos financieros y ahorrar:
Revisa tu patrimonio
Resta a todas tus propiedades el total de lo que no tienes o lo que debes. Esta operación dará como resultado una cantidad de dinero, la cual podría ser tu balance familiar.
Realiza este ejercicio mensualmente para determinar si las acciones que estás tomando son las correctas para mejorar tu economía personal y familiar.
Aprende a organizarte
Se consciente de que lo principal es pagar las deudas, antes que pretender ahorrar dinero.
Reserva una parte de tu dinero para emergencias
Es muy importante tener disponible cierta cantidad de dinero para cubrir emergencias.
Considera invertir tu dinero en un seguro
Si destinas de manera constante como parte de tus gastos mensuales, trimestrales o semestrales, cierta cantidad de dinero para mantener protegido tu hogar, la salud de la familia, su auto y las pertenencias más valiosas, a la hora en que se presenten desafortunados sucesos y que ampara tu seguro, no te verás en apuros económicos.
Usa adecuadamente tu tarjeta de crédito
Trata de no usar mucho tus tarjetas de crédito; recuerda que son para los imprevistos o aprovechar alguna oportunidad que con ellas se ofrezca.
Abre una cuenta de ahorros
Deposita tu sueldo y organiza tu dinero a través de tu cuenta de ahorro Nova; así no lo gastarás todo de una vez y lo podrás administrar mejor.
Analiza todas tus fuentes de ingresos
Si es posible, busca otras nuevas.
Planea y maneja las finanzas de la familia con tu pareja
Así ambos estarán enterados de los movimientos de dinero y entre los dos podrán dar buenas y mejores ideas para emplearlo.
Mantén en un lugar seguro todos los documentos de importancia
Tus estados de cuenta, contratos, pólizas de seguro y todo lo demás relacionado con las finanzas y que tenga que ver con tu familia. Es muy importante que tu pareja esté enterada de este lugar, para que así pueda encontrarlos en un momento de emergencia.
Pide asesoramiento
Si crees no poder cumplir con estos consejos para mejorar tus finanzas personales, acércate a alguien de tu confianza y que además tenga conocimiento sobre el tema, como un asesor financiero.