En los últimos años se ha analizado una estrecha relación entre los estilos de vida y los problemas de salud, principalmente por la práctica de hábitos poco saludables como el consumo de comida chatarra y alta en grasas, inactividad física, consumo de alcohol y tabaco, teniendo como resultado un incremento en las enfermedades crónicas degenerativas (diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades del corazón, colesterol y triglicéridos elevados).
Para la prevención de dichas enfermedades es necesario adoptar un estilo de vida saludable, que incluya hábitos como los siguientes:
Comer saludable. La dieta debe ser variada y equilibrada. Se recomienda el aumento de consumo de frutas y verduras, la disminución de alimentos altos en grasas y azucares, así como beber mínimo 2 litros de agua.
Realizar ejercicio físico. Puede practicar algún deporte o bien realizar actividad física como caminar, correr y/o trotar. Se recomienda 5 minutos de calentamiento, 30 minutos de actividad física, y de 5 a 10 minutos para estiramiento y enfriamiento.
Evitar hábitos nocivos. Dejar de consumir bebidas alcohólicas, tabaco y drogas.
Cuidar la higiene personal. Algunas medidas de higiene personal se recomienda: cepillar sus dientes después de cada alimento, lavar las manos frecuentemente y tomar una ducha diariamente.
Dormir adecuadamente. El descanso es importante para un estilo de vida saludable, por lo que se recomienda dormir de 6 a 8 horas diarias.
Pensar sanamente. Este hábito se enfoca al estado de bienestar emocional y psicológico, para mantener estos dos aspectos equilibrados se sugiere: practicar técnicas de relajación, mantener buenas relaciones con las personas, participar en actividades sociales, recreativas y culturales y leer un libro.
Acudir al médico una vez al año para chequeo general, para descartar y prevenir enfermedades.
Es un buen momento para cambiar su estilo de vida.
¡No piense más y viva sanamente!