Se considera que la cantidad ideal de descanso para tener un óptimo desarrollo durante el día es entre 7 y 8 horas de sueño; dormir ocupa la mayor parte de nuestro tiempo.
En los últimos años, se ha demostrado que el sueño es una conducta compleja y existen diversos trastornos o factores que impiden un buen descanso, siendo esto un problema común.
Entre las más frecuentes se encuentra el trastorno de la apnea, el cual es un factor de riesgo para la salud de las personas. Esta consiste en la interrupción parcial o total de la respiración o paso del aire por la nariz y boca durante el sueño, con una duración de 10 segundos, pero hay episodios que pueden durar hasta más de un minuto.
Si se presentan 10 episodios en una hora, se considera anormal y si la frecuencia es mayor a 10 episodios por hora, se considera grave.
La mayoría de los casos se presentan en personas con las siguientes características:
Existe otro factor que provoca la apnea, el cual consiste en la incapacidad funcional de los músculos de las vías aéreas superiores para mantenerse abiertos, así como ocurre durante el día.
Muchas de las enfermedades crónicas se asocian con las alteraciones del sueño. Por ejemplo, las apneas tienen una gran repercusión en los sistemas cardiovascular y cerebrovascular, ya que al término del episodio, la presión arterial suele elevarse hasta los 200/100 mmHg. La apnea puede ocasionar arítmias cardiacas cuando hay presencia de padecimientos cardaicos o respiratorios.
Si se logran mejorar los problemas del sueño, con ello mejoraría la calidad de vida de la persona. Para esto, existen diversas alternativas que pueden ser útiles:
¡Dormir bien ayuda a vivir mejor!